Metaverso

Por qué el 5G y el edge computing podrían ser las claves del metaverso

  • 30 mayo, 2022
Por qué el 5G y el edge computing podrían ser las claves del metaverso

Los primeros pasos del Metaverso

Por qué el 5G y el edge computing podrían ser las claves del metaverso

Crédito de la imagen: rawpixel.com

Desde el cambio de marca de Facebook a Meta el año pasado, el bombo y platillo en torno al “metaverso” ha ido a toda máquina. Innumerables artículos sobre lo que es, lo que no es, lo que podría ser o lo que podría ser, han llegado a todos los rincones de Internet. También fue una palabra de moda destacada en el reciente Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, la mayor reunión de la industria para quienes se preocupan por la conectividad. Puede que el término sea nuevo para muchos, pero los conceptos y las tecnologías implicadas en el aumento o la sustitución de nuestra realidad cotidiana por un mundo virtual habilitado digitalmente existen desde hace años.

Todo lo que pueda mejorar nuestras vidas, si se amplía y monetiza adecuadamente, también tiene el potencial de ser muy lucrativo. Aunque gran parte de la atención se centra en los aspectos de la nube de un “metaverso”, no olvidemos que no despegará hasta que las redes de telecomunicaciones subyacentes puedan soportarlo, no sólo para unos pocos, sino a escala nacional y mundial. Las redes de acceso nos permiten conectarnos a la nube, llevando el metaverso a donde quiera que estemos. Las redes de larga distancia forman el tejido subyacente de interconexiones que crea la nube en primer lugar.


El mercado metaverso

En 2021, se estimó que el tamaño del mercado global del metaverso era de 39.000 millones de dólares, y en 2022 se espera que aumente a 47.000 millones de dólares, antes de subir a 679.000 millones de dólares en 2030.

El metaverso es la unión en gran medida de dos conceptos principales. La Web3, a la que se accede a través de herramientas de realidad aumentada (RA) y auriculares de RV, está dando paso a un nuevo nivel de experiencia en el que los sitios web y las aplicaciones serán capaces de procesar la información de forma inteligente, similar a la humana, en tiempo real, utilizando el aprendizaje automático. Actualmente se están desarrollando las tecnologías de detección, procesamiento y visualización necesarias, y empresas como Meta, Google, Microsoft, Snap, HTC y Apple están interesadas en crear los dispositivos necesarios para hacer accesible el metaverso. El sistema VIVE VR de HTC es un ejemplo de la tecnología necesaria. El auricular para juegos Oculus Quest de Meta es otro. Pero la RV no es sólo para los juegos.


El metaverso en el trabajo

A lo largo de la pandemia, nos hemos acostumbrado a Zoom, Skype, Microsoft Teams y otras herramientas de comunicación para facilitarnos la comunicación virtual. Puede sonar a ciencia ficción, pero la RV y la RA están en camino de crear un entorno de oficina en el que los compañeros puedan colaborar de forma totalmente inmersiva. En muchas circunstancias, estas herramientas podrán ofrecer, en última instancia, una mayor accesibilidad e inclusión para aquellos trabajadores que puedan estar en desventaja en el mundo “real”.

Algunas de las ventajas reales de la RV y la RA son que permiten a las personas con discapacidades o movilidad reducida teletrabajar en la oficina y pueden mejorar las interacciones cara a cara para los trabajadores con problemas de vista o de oído. Todo el mundo puede ser igual en el metaverso porque estará representado por su avatar o gemelo digital -que puede, pero no siempre tiene que, parecerse a ellos en la vida real-. La RA empezará a desempeñar un papel mucho más importante para las empresas que conviertan el trabajo a distancia en un elemento fijo a largo plazo. Los costes de desplazamiento pueden convertirse en una cosa del pasado, ya que la huella de carbono se reduce mediante la reducción de los viajes. Tampoco hay que preocuparse por el estado de vacunación de los compañeros.


La piedra angular de la conectividad

Como destacó el MWC en su evento de Barcelona, la pieza de la conectividad es la piedra angular de cualquier conversación sobre el metaverso, y debe explicarse más claramente. Cualquier caso de uso “avanzado” -coches autodirigidos, cirugía a distancia o el tipo de herramientas de RA y RV que ahora se han rebautizado como “aplicaciones del metaverso”- dependerá de la conectividad de próxima generación para llegar a buen puerto.

La conectividad de próxima generación significa 5G, pero una encuesta realizada en 2021 reveló que un enorme 81% de los profesionales de EE.UU. no entienden del todo las ventajas del 5G, y el 8% de los profesionales en activo no han oído hablar nunca del 5G. En la actualidad, el principal beneficio que los profesionales estadounidenses asocian con el 5G es una mayor velocidad de acceso, y sólo el 6% de los encuestados considera que la reducción de la latencia (lag) es un beneficio importante.

Aquí es donde hay que poner más énfasis, porque son el mayor ancho de banda y la menor latencia en conjunto los que son cruciales para cualquier concepto de metaverso. La gran pregunta es si nuestra infraestructura de red actual puede ofrecer el gran ancho de banda y la baja latencia necesarios, a escala.

En primer lugar, sobre el ancho de banda. Actualmente, la RV y la RA dependen de potentes ordenadores y equipos especializados que dependen en gran medida de los datos almacenados por el usuario. Para alcanzar el nivel más sofisticado de un metaverso verdaderamente inmersivo y hacerlo accesible a más gente que a unos pocos elegidos, será necesaria una tecnología de transmisión rápida y baja latencia.

La 5G debería ser capaz de ofrecer este ancho de banda, con velocidades medias de descarga en el rango de cientos de megabits por segundo y una latencia media en milisegundos de un solo dígito. Sin embargo, los datos actuales del mundo real muestran que, incluso en las principales ciudades del mundo desarrollado, esas promesas aún no se han materializado y el despliegue general de la tecnología ha sido lento. Ese ancho de banda tiene que ser generalizado y asequible, para apoyar mejor a las comunidades desatendidas y poco conectadas.

El ancho de banda es una cosa, pero si el avatar con el que hablas tarda varios segundos en responder, la meta vida no es tan buena. Aquí es donde la importancia de la baja latencia pasa a primer plano. La computación de borde (edge computing) -o el concepto de mover el procesamiento y la computación más cerca de donde se consume- puede reducir la latencia de la red y mejorar la fiabilidad.

Esto será cada vez más importante en las redes que requieren una reacción en tiempo real. La computación de borde amplía el modelo tradicional de nube de una colección interconectada de grandes centros de datos para utilizar también centros de datos más pequeños y físicamente más cercanos. Esto distribuye el procesamiento en la nube de forma aún más eficiente, con cargas de trabajo sensibles a la latencia colocadas más cerca del usuario final, mientras que otras cargas de trabajo se colocan más lejos, donde los costes y la utilización pueden optimizarse más. En última instancia, reducir el tiempo que se tarda en llegar a la nube mejora la experiencia metaversa de los usuarios finales.

La continua evolución del “borde”, y la convergencia de las redes móviles 5G con las redes residenciales y empresariales, serán los habilitadores definitivos de los casos de uso metaverso. Acercar la potencia de cálculo al usuario final -también conocido como el borde de la red- reduce la latencia (la distancia que tienen que recorrer los datos para ser procesados). El borde de la red también puede asignar más recursos de red para ofrecer más capacidad y conectividad de mayor ancho de banda para las aplicaciones metaversas.

El borde de la red también ofrece la oportunidad de inyectar más software e inteligencia en la red, permitiéndole comprender las demandas que se le hacen y responder en tiempo real. Esto se conseguirá invirtiendo en más “micro” centros de datos en el borde de la red y mejorando las interconexiones entre ellos. Algunos han calculado que una nube de borde totalmente construida podría dar lugar a un número de centros de datos en el borde de la red al menos cinco veces mayor que el que existe actualmente para 2025. Estos centros reducidos, situados más cerca de los usuarios finales, serán el corazón palpitante del metaverso, pero debe darse prioridad a la conectividad de alta capacidad para estas ubicaciones de computación en el borde si se quiere tener alguna posibilidad de éxito.


La transformación empresarial de la tecnología metaversa

Es demasiado pronto para apreciar plenamente cómo la tecnología metaversa transformará los procesos empresariales. La rápida adopción de aplicaciones digitales durante la pandemia fue sólo un primer ejemplo de lo que es posible. En los próximos años, sin duda oiremos hablar mucho del metaverso, pero no se producirá sin inversiones en las innovaciones e infraestructuras de red necesarias.

Una cosa que sabemos con certeza es que una red que se adapte a las necesidades de los usuarios y proporcione una conectividad controlada por software, de alta capacidad y baja latencia -desde el núcleo hasta el borde- será una de las bases fundamentales de nuestro futuro metaverso.